MUJER

 En el río de la Miel,
presto siempre acontecer,
entre piedras y alfombrillas,
que surcan las dos orillas,
su manto fecundo y verde.
 
 La hierba brota perenne,
poblando sus dos orillas.
Una lavandera hermosa
con su alegre cancioncilla,
que resuena con sus trinos,
 
acompañando en su canto
a esos pájaros cantores,
que alegrando sus orillas,
acompañada, junto
a los rayos de sol y
jaleada por las mozas
que le hacen compañía.
 
 Sus cantos son pura mirra,
todas en ristra acompañan,
mientras golpeando las aguas
los cuellos de las camisas;
surge un silencio en el bosque.
 
 Los pájaros se dispensan,
las lavanderas se callan
un intruso ellas divisan;
entre sonrisas, guasas y risas,
que llegan a carcajadas.
 
 Un mocito las observa,
de alguna se ha enamorado,
pero todas se preguntan.
Será Antonia, o, Juanita,
será Pepa, o, Mariquita.
 
 Ella ya sabe quién es,
el corazón le palpita.
Sorprendido se ve el mozo
Y corriendo por las cañas,
ha contemplado con gozo,
 
la sonrisa que le incita,
que al mirarla de soslayo
vio su cara y su sonrisa,
la risita de su amada
que al mirar él a su cara
sus  fracciones resplandecen.
 
Antonio Molina

LA CHORRERA

RÍO DE LA MIEL (LA CHORRERA) ALGECIRAS
 
 
Me gustaría ser piedra para estar
siempre recibiendo ese frescor y esa
lujuria de placer en mi cuerpo, mi
cabeza se relaja y mis sentimientos
se amontonan, con el golpe de agua
que recibo.
                                  
 Piedras eternas, rodeadas de raíces
de árboles centenarios, que se nutren
de sus aguas, para poder subsistir.
                                     
 Ruido hermoso y potente
que da tu cascada, con tus aguas
limpias, frescas, milenarias.
                                       
 Sentir tus aguas con su fuerza sobre mí
y disfrutar de tu frescor; pensé en
esos momento, en hundirme hasta el
fondo y vivir eternamente contigo,
como una piedra más para los siglos.
 
Antonio M. Medina

AGUJA, HILO Y ESPARTO


Tu cuerpo lo encontré recubierto de rocío,
saciado con los sabores de incienso, mieses y vino,
en la vereda el Cubillas, se te acerca Federico
tocado va con sobrero, sonrisa en ristre de silfo 
verdes hojas azuladas, brillan en su pelo liso. 
 

Se sentó junto a tu vera, te cobijó con su abrazo,
el sol brilla al mediodía en el firmamento alto.

 
Rodea toda su sombra un verde como aguachado
y tú eres verde oliva, verde musgo. Verde. Glauco.

 
La luna al despedirse entre aceitunas y jaras,
lloraba bien orgullosa de haber besado su cara.
De su costado, algo verde, de su boca, algo grana
una grieta que tus manos palpaban para cerrarla.

 
Se han agarrado las manos que en cabriolas
jugueteaban, Federico no te suelta, te tiene bien aferrada
se coje a todas tus cintas de muchacha ensoñada
él que se creía muerto, pero muerto y todo, habla.
 

Se les transfigura el rostro, que surcan lágrimas calmas,
su traje de limón claro se le requiere la tierra, esa gran
madre magnánima para que regrese al lecho ese de hondura
insondada, de memoria desdentada, que sin dientes, aún ¡desgarra!

Molina

 

...BROTA LA LLAMA


Ateridos pies sin luz
De frío hasta el alma
Divisa cegadora, fulgurante.
La llama purificadora.

 
La serena mañana
Alumbraban su día
La brisa revoltosa le atrapa
Te arrebuja en su cuerpo, clara.

 
La llama le envuelve
El corazón en latidos de lata
Las nubes se disipan, aclaradas
Y la luz se le brisa en su cara.
 

El agua del estanque
La tierra se lo traga
Sus pies presurosos
Inyectados de sangre salada
En los corte, pequeñas semillas
Fructificarán en carne azulada.

 
La sangre alborota el pecho
afianza la semilla dorada
las heridas viejas se cierran
Con soplidos que manan del alma

 
¡Ay su Aceite!

 
Con tres gotas le brota su luz
Y su azul se lama esperanza
Acarreando madrugadas al alba
Con esfuerzo y tesón él se entrega
Atesorando los calores del alma

 
Rojo candente. Carne de brasa
Un lucero entre estrellas
Cuyo resplandor nos atrapa.

Molina

 

RÍO DE LA MIEL


 
 De niño bañar mi cuerpo hacía,
en las riveras limpias de tus aguas,
como cristales puros recorría
las laderas de mi vega inmaculada.
 
 Beber tus aguas en cualquier lugar podía,
sin pensar en impurezas cada día,
que al llegar la tarde silenciosa,
las cortas noches limpieza hacía.
 
 Aguas eternas que servían a tus gentes
que mitigaban con el riego de sus aguas
el manjar de sus huertas permanentes.
 
 Sacar podían estas gentes sencillas
los alimentos tan escasos como necesarios,
poder mitigar las necesidades más perennes.
 

Antonio Molina Medina       

‘CHIQUI’

A pesar de la distancia que nos separa
la paloma mensajera, hendiendo el aire,
siempre llega al destino señalado
y, oprimiendo contra su pico,
reparte la buena nueva
que nos llega de otra tierra,
tierra para mí añorada.
 
Tierra repleta de historia
que brota tiernos suspiros,
llena de blanco rocío
en sus noches frescas
cielo limpio, luz divina
que me rompe el corazón.
 
Seres que por su nobleza
acaparan mis sentimientos
y me ayudan a vivir
en este largo destierro.
 
Los recuerdos afloran
como manantial fecundo
cuando de niña corrías
como libre cervatillo
por estas verdes praderas
que el buen Dios nos ha cedido.

Hoy la paloma me ha arrojado
de su pico tu mensaje,
que de tu cuerpo  ha brotado
el germen, que ha florecido
nueva vida, fresca brisa
que aflora, como verde tallo
en esa tierra fértil y culta,
 
llena de seres, sabios y nobles
que poblaron sus calles y avenidas,
mezquitas y atalayas,
rodeada de murallas
de la Córdoba sultana.
 
Los caminos son tortuosos,
la monotonía nos acecha,
se esconde en los lugares
más recónditos y menos inesperados.
 
Verde fue tu primavera
y verde será tu cielo,
disfruta de ese lucero
que ha salido de tu vientre,
que será vida y guía
junto a la reina y compañero,
que sea tu regocijo
compaña noche y día en mi añorada,
soñada y querida Andalucía.
 
Antonio Molina

LAS DOS ORILLAS

 
¡Que hermosura de gitana!
¡Qué delicia de mujer!
Que finura tú has de ser,
ojos de suave, limpia mirada.
 
 Algeciras la fermosa;
la ilustre ciudad que fue,
que a pesar de la distancia
tus recuerdos y tu entelequia,
la siento dentro de mí,
se me ha impregnado en el alma.
 
 Miro tu litoral, ríos, montañas,
bandoleros, contrabandistas
y piratas; cabalgaron sus
praderas, laderas y atalayas.
Personajes que un día pasearon
con sus gentes por calzadas, 
ventorrillos y tus plazas.
 
 Ya se perciben tus playas
por ese sol que nos difunde
desde la alborada al ocaso,
que irradia tu bahía
de esas montañas de África.
 
 Distanciando nuestra tierra
ese estrecho con sus aguas
que penetrando en su cuerpo
como el filo de una daga.
 
 Tierra polvorienta y dura.
Tierra de miseria, pobreza,
gentes tristes,
y almas destrozadas;
que mirando con añoranza
la franja que nos separa,
para muchos el edén,
otros entregan su alma,
en esas aguas tan verdes,
que iluminan nuestras playas.
 
Aguas teñidas de sangre.
Sangre teñida de agua.
 
 Escapando a la miseria,
y buscando con añoranza
un lugar donde existir
y soñar una vez más
para hallar,
ése rayo de esperanza.
 
Antonio Molina Medina

ACRÓSTICO


Juglar de manos firmes y libres
Ojos vivos como el águila
Sabes forjar anillos con espinas
Éfeso enmudecería con tu arte
Luciéndolo en la torre de la Palma
Ufanos los presentes discernían
Inmersos contemplando tus espigas
Sorbiendo tus palabras con dulzura
Paladeando tus explicaciones serenas
Anonadados contemplamos tu obra
Vanagloriándonos de haberte conocido
Órgano forma tu estructura
Nacarados sonidos brotan de tus manos
Antonio Molina

MOMENTOS


Gracias por esos pequeños momentos tan gloriosos para él. Crees que lo sabes todo y al final, nada, soledad y mentiras encarnadas en una vida llena de quimeras. Vidas llenas de nada.

Hoy en un instante y con solo mirar sus ojos, ha fluido de ellos el amor que siente por dentro, en silencio. Quererla por dentro. ¡Con que poco se conforma el hombre! Pero ella es real, es vida de la que ya no se usa; como diría el poeta: "Morir es poca cosa si tu amor está lejos".

Tan solo le diría, que es la columna que le mantiene erguido y con su mano tendida recuperará más vidas aún, consiguiendo que de las cenizas resurja lo que creía consumido. ¡Pobre de él, desconocedor de esa otra! Benditas neuronas que pululando por el cerebro van entendiendo ese mundo descubierto.

Se siente iluminado por esa vida nueva, quizá más seguro, quizá más perplejo... porque es muy impactante encontrar, en el camino un alma que te quiera, para quien desconoce el amor que no miente, el sincero.

¡Cuánto tiempo perdido! La vida es sencilla, fácil de vivir, y... tan factible el salto para escapar, para mecerte en sensatez y enviar al abismo todo lo irreal.

Qué verdad más grande esta del poeta. Estar volando con ella, soñando...en silencio y a la vez con su silencio, que la vida no era vida y ella, se lo ha descubierto, incluso a estas alturas ha sentido AL HOMBRE NUEVO.


Los ojos alegres del poeta, se emborronan con lágrimas por el recuerdo de una vida vivida como un perro sin dueño, con las manos vacías y el corazón, reseco. Hoy querida amiga estas son las cosas que puede decir desde el corazón, aunque sienta incluso, un poco de miedo, por el decir directo y expresivo del músculo corazón. En las horas tardías de la vida te regalan la primera rosa, y ella te obliga a revivir.

Por ello considérate orgullosa, si los milagros no existen, tú, si eres de verdad, eres rosa y no legajo olvidado, encontrado en un cajón al trastear.

Un gorrioncillo les miraba sorpresivo y le ha piado al poeta que, encontró a Federico en su Granada natal, que no se preocupe por quererla, como lo que son, que el amor, el cariño y la amistad se entretejen  y se ligan en un solo panal.

El poeta se despide de la mano del juglar:

Que usted lo pase "de cine" princesa o hada jovial o acaso la Julieta llena de risa al pasar por el camino emprendido, senderito del rosal, o pequeña barquichuela para mecerme en el mar.

 

Antonio Molina Medina

EL TUNEL DEL TIEMPO


 
Era el año 1948 cuando un niño
 
asustado, lleno de miedos, arrancado de su tierra

con ojos entristecidos, buscaba una amistad,

un poco de cariño y comprensión para su corta edad.

 

Eran los años de la posguerra,

una contienda que nunca tuvo que acaecer,

porque los niños son los eternos perjudicados,

los marginados de toda las guerras.

 

Pero los ángeles buenos siempre existen en todas las ciudades.

Algo que no podía soñar ocurrió en esa tierra extraña.

Una amistad, una familia cuyos componentes sabían querer,

respetar y ayudar a sus semejantes.

 

Otro niño de su misma edad le abrió su corazón,

le dio su amistad; el amor de otra madre, otro padre,

nombres que perforan mi cerebro

y que mi vida estuvo tan ligada a ellos

 

en la Noble y muy leal Ciudad de Orduña.

Se me ayudó, me sentía querido,

respetado por mujeres y hombres

como Flora, Segundo y sus hijos.

 

Seres que con el transcurrir del tiempo

están siempre perennes con viveza en mi recuerdo

de los que me alimento para seguir viviendo.

Junto a un niño como yo, de la misma edad,

 

los mismos sentimientos, las mismas ilusiones,

los mismos maestros y ¡porqué no decirlo!,

siendo fieles a nuestras mismas compañeras,

las de toda la vida… “hasta que la muerte nos separe”.

 

Hoy se casa su retoño, el benjamín de la familia.

Juntos una vez más acudo con orgullo a compartir

sus ilusiones, nuestras ilusiones,

nuestros sueños, los de nuestra juventud.

 

Han pasado los años difíciles de nuestra Edad de Oro

recogiendo los recuerdos tan necesarios para nuestra vejez.

Hoy la emoción se apodera de mi alma,

los recuerdos afloran como un mazazo

 

que avivan mi cansado corazón

para seguir con nuestros sueños, en nuestra…,

junto a unos amigos que quiero y que agradezco

poder gozar junto a ellos de este grato momento

 

la progresión de sus vidas,

en las figuras sublimes que sus hijos les brindan

prolongando su eterna juventud.

Seguimos como un roble fecundo,

 

como un alcornoque jugoso.

Ojalá que sus retoños puedan compartir

nuestras vidas y sueños,

los mismos sentimientos

 

que os ayudarán a seguir viviendo

a pesar de la oscuridad del camino,

porque al final del túnel esta la claridad.

Os deseo toda la felicidad que sabréis daros,

amistad, cariño y saber perdonar.

Antonio Molina