QUIÉREME

¡Quiéreme! ¡Sí!, ¡Quiéreme
como yo te quiero a ti!
Un reguero de nostalgia.
Unos ojos suntuosos
bañados con puras lágrimas
se descuelguen en tus manos,
y tu cuerpo los atrapa.
¡Quiéreme! ¡Sí!... ¡Por favor!
Y te montaré en el carro
de los sueños
tirado por noble yunta
de caballos, muy camperos,
o yunta de nobles bueyes
que salpiquen nuestras fantasías
¡Quiéreme! ¡Sí!
Hasta el fuego que me quema
te servirá de consuelo;
te alumbrará en noches negras,
mis noches negras, muy negras.
Este corazón no tiembla
cuando quiere de veras
Como quiere, mujer.

Antonio Molina Medina