Reflexión

Resbalaba por su mente
la princesa y la muerte,
dos luceros dispares,
dos sueños de alquería
que rondaban su cuerpo.
Los despojos del miedo
interponen los sueños.
Nítida el agua de manantial,
se dejó arrastrar cual
imprevisora fuente.
En barca de vela sin remos
se dejó llevar
por las rachas de viento.
Su error lo ha de pagar
con el paso del tiempo.
 
Antonio Molina Medina