UN 19 DE OCTUBRE

Entre ventanas y
mecidos por el viento,
los recuerdos afloran del pasado
percibiendo ruidos de escaleras,
de botas con tachuelas
y fusiles disfrazados.
Sorbo a sorbo, el café se
ingiere a media tarde
entre voces por pasillos
sus corazones tañendo.
En el patio formando están
sus cuerpos, sus manos
en sus hombros
en filas de uno a uno.
Su charla se enriquece
mientras sus manos
pasan las hojas de un azul
celeste corazón.
Son los versos que ya
no tienen sombras,
verdes como la hierba de su valle.
Sorbo a sorbo saborean
el contenido de sus tazas,
para seguir caminando
a lugares que recrean
su existencia, observando
los niños en su fuente.
Menudos cuerpos se deslizan
contra ella, para beber su agua
que entre sonrisas y fiesta
les atrapan en su plaza.
 
Antonio Molina Medina