Encontró el amor y lo volteó
a los vientos.
Las palabras sellaron su fina
andadura.
Amó mucho y dejó su legado
expuesto.
Su amor fue sincero y nos
devolvió
su calor humano. Su muerte no
es tal,
porque el amor no muere nunca
y, como él, siempre
prevalece.
Antonio Molina Medina