LAS OLAS DEL TIEMPO

Llegó una ola y le trasportó al Olimpo.
las rocas dejaron su impacto en su tiempo.
Un poeta sediento me entregó sus versos,
y sus remiendos de letras envolvieron su cuerpo.
Mi corazón volaba con apegos.

Lejano y cercano se mecía.
Sueños de amor,
de aires sureños, vientos y tempestades.
Un amigo poeta me regaló unos versos
para volar a su lado, Andalucía, y a tu cielo.

Antonio Molina Medina

MEZCLA DE AROMAS

Con sinceridad y consciente de los sueños que por su vida se cruzan, hace acopio de su instinto cual perro de presa aún sin domesticar. No enseña sus dientes. Se siente intranquilo. Su metamorfosis le produce surcos en su propio interior. Le pueden traicionar. Su querer es limpio. El cielo de Castilla roza sus áureas con su Andalucía. El sol los abrasa. Sudores de cuerpos, resoplan risueños, plácidos, tiernos... El amor le brota. La pasión consume. Ciertamente nítida. El soplo, resopla en dientes de sierra, se deslizan juntos montados en trillo a cortar impurezas donde brotará en grano divino de harina. El viejo molino voltea sus aspas. Perezosamente, el viento lo calma, mientras la vieja cocina los troncos de Aya, de Roble de Encina, de Chaparro viejote da su calor. La llama divina calienta sus cuerpos de tierra, de arcilla.


Antonio Molina Medina

SUSPIRANDO

Hoy me he paseado por mi río.
Las ranas me han saludado.
Un Cormorán ha planeado y
se ha posado a mi vera.
Las Garzas me miraban curiosas
mientras la gente lo hacía indiscreta.
Un par de árboles se reían y me saludan.
Un quinteto de árboles me susurraban
y yo me introduje entre sus troncos
mirando al cielo ensimismado.
Era la palma de tu mano la que me abrazaba
y yo me acurrucaba entre tus dedos  de porcelana,
que briosos me sujetaban
para que no me perdiera y me condujeran
noche y día, por los senderos de la dicha,
de esa que solo con pensar en ti en mi alma
se consolida... se recrea... se agiganta.
Solo con tu recuerdo mi corazón se solaza y
mi alma se rebela con los aires de tu enagua.

Antonio Molina Medina


AMOR

¿Qué tendrá el amor que todo lo puede y
todo lo destruye con el paso del tiempo?
Eso sería lo lógico. La copla de su vida
por lo nuevo y lo viejo, sangre derretida
cual trocito de hielo que refresca mi cuerpo
y mi alma se cuelga nuevamente a su cuello.
Las palabras florecen junto a los sentimientos,
¿Casualidad o fertilidad?
Fecundador de heridas, que salen del alma
y aplacan a corazón sediento.

¡Poco importa la vida!
¡Poco importa el camino!
¡Poco importa el cariño si no es correspondido!
¿Es casual o secundario,
que las hojas se desprendan del árbol?
Poco a poco la vida se desgaja y desgrana.
Solitario y tardío, encontré lo que siente
corazón repleto de sentimientos:
seguir en soledad antes que muerto.


Antonio Molina Medina

PRECIOSA...

Preciosa. Así se llamaba la que recuerda en sus versos, versos de cristal con agua, de pestañas alborotadas y de siega en la mañana. ¡Cómo corría por la era! ¡ Cómo saltaba y brincaba!, Y yo, loco por quererla, soñaba que no soñaba. ¡Qué lejos queda mi valle! ¡Qué lejos en la mañana! ¡ Qué dolor tienen mi cuerpo y mi alma! Ya es mañana. Ya sé que el pan es duro y sólo se come las miajas, pero a querer y a darlo todo por una mujer de agua clara no habrá nadie que 'puea' igualarla. Hoy retumban los tambores y se agita mi alma. Ya no canta triste el gallo, por la serranía aún brama. De truenos están mi cuerpo y mi alma soledades... ¿Por qué preguntas mozuela, si ya no salpica el grano y me lleva la cebada transitando de aquí 'pa-llá'? Se siente mi soledad entrar por el portón de mi cuadra, y los mulos ya relinchan para ocultar los lamentos que a mi alma se le escapan.


Antonio Molina Medina

BRINDIS A LA LUNA

Mil besos yo te daría.
Mil rosas encabrioladas.
Mil corazones sensibles,
que por tu vida pasaran y
con fuerza loada.

¡Con qué tromba caen de mi alma!
Mi corazón se estremece,
se confunde con su agua.
Lágrimas de serafines se
acumulan para salir y yo
las dejo fluir por los surcos de mi cara,
que me hacen llorar… que me hacen reír...


De sufrimiento es la vida,
también de brezo y de luna.
Mi corazón se ajetrea y
se encontró una fortuna,
fortuna que no merece sueños
que desde la cuna
su madre en cuentos contaba.
Él la miraba a la cara y
como una luz azulada
se apoderaba de su alma.
Mientras su dama sonríe
con sus dientes de alabastro,
él sólo la mira la sigue observando
perforando una sonrisa
de sal y dulce en sus labios.
¡Cómo la quiere!
¡Con qué fe la contempla!
¡La seguirá contemplando!
Quererla, sólo quererla
es lo más recomendado.
Aunque sus ojos le duelan,
aunque de soledad un hartazgo,
nada ni nadie en el mundo
será capaz de destruir
lo mejor de su legado
para morir en sus brazos.


Antonio Molina Medina

SU CALOR

Recogiendo mis manos,
dedos temblorosos buscan tu
palma para besarte con fe.
Degusto tu calor con
un beso certero que mis labios ansían
cálidos y seguros al besar tu plácida piel.
Por los poros de tu cuerpo
aflora el aire serrana.
Por la entrada de tu boca
mana el agua de tu río,
la sal de tus enaguas,
el jugo de tu sed,
el fuego de tu corazón, serrana.
Mis ojos se nublan tiernos y
Sentidos. Surtidor de brizos
los no consentidos,
los que vacilan al mirarte,
dejándose atrapar.
Coagulado. Desprotegido
me aferraba a tu mano,
cuyos dedos atrapo,
para llenar de saliva,
mi corazón que es de barro.


Antonio Molina Medina

ELLA

Me acurrucaría en sus brazos
escuchando los latidos
que manan del corazón.
Ese músculo divino
donde salpica la vida,
bomba celeste es
que jugosa riega
alegre, cuerda,
todos los vasos
que florecen de su jardín,
donde se encontró la rosa
más hermosa,
que pudo él contemplar jamás.


Antonio Molina Medina

SENTIMIENTOS

Un caudal de rosas se desprende por su tronera. No puede contenerlo ni tal vez así lo quisiera, pues todo lo que acontece es producto de su risa. De su corazón mana la sonrisa. No sabe ya qué hacer con tanto amor contenido brotándole del pecho de lo no consumido. Ella es primavera... verano... Las hojas de álamo germinan al unísono.

La rosa que aflora de su propio cuerpo se filtra sin pausa por el pavimento, por el que caminaba... camina... caminarán juntos, seguros... perfectamente unidos… libres como el viento.

Desde la montaña les miran y observan ojos que no cejan de escudriñar sus penas. En el laberinto de este mundo incierto, dos corazones laten sencillamente al unísono, copulando letras, versos, y pergaminos. Les hacen vivir sueños sensitivos. Sólo en lo vivido le place quererla. Sus ansias son ríos caudalosos, que los dos en chalupa atraviesan remando al mismo tiempo, para llegar a la casa al “lao del río” y junto al verde pasto pondrán un nuevo nido.

Antonio Molina Medina

Circulan aires nuevos

Los cachalotes se desperezan cuando salen
de sus pequeños huecos entre la yerba,
y las hormigas se balancean en los columpios
entre el frondoso bosque de ramas de higueras.
La luz es más nítida debajo del mar de los abedules,
y la garganta de los asnos balan entre rebaños de ovejas. 
Listo para salir de su cajón, el caballo salpica
su espuma a las rocas.
El calamar nos rocía de negro
en bicicleta por la carretera.
Los pájaros  ríen a carcajadas jajaja…,
jugando con los niños en la sábana,
mientras la danza de los Maoríes
les adorna las plumas de sus alas. 
Noche feliz la de los ciervos en su bosque encantado 

de hadas, duendes, silfos, y gnomos ensimismados,
dónde todo es real a nuestros ojos.
La lunita se apacigua sin el sol que la entibie,
y saca pecho y se ríe je, je…, con su
negra melena al viento.
Los ojos de mi serrana se pliegan
lentamente entre pestañas al ritmo de pensamientos.
La campana tañe sonidos de gloria,
un canto  que  recogemos sin miedo.
La dicha de este camino 
nos hace tocar los sueños. 

Antonio Molina Medina