SIN DERECHOS

Ya sé que no tengo ni derechos ni mandatos, pero me aferro a ti, me aferro a la vida renovada que hay en ti, mujer, sólo para quererte. Necesito querer… quererte. No es posible vivir sin querer, sin soñar, vivir intensamente junto a mi soledad. Doy todo lo que tengo por un buen querer, por sentirme querido y luchar por la vida sabiendo que, la vida te depara la aurora, unos ojos, sonrisa y un plato de cariño. Sería el delirio que merece la pena forjador de presidios, de locuras extremas... y mi alma se ciñe presurosa al camino, llena de vericuetos de zarzas luminosas. Lo ancho se perfila con capas desprendidas. Hoy sin una ilusión sería difícil la vida, la sentiría vacía, corrompida de nieblas donde vacilaría. Lo andado del camino me sumerge y me alivia es un pozo sin fondo donde pueda encontrarte amor de toda una vida. Morir entre tus brazos. Soñar que no estoy muerto. Sentir los sentimientos que me lanzaste un día. Me aferré a tu mano. Me cobijé en tu puerto, como chalupa inerte, me resguardé en tu cueva de luminaria creciente, en mi larga primavera. Sólo para amarte eternamente señora.
07/07/16

Antonio Molina Medina