FLORECES

“Un pergamino se dejó caer entre sus manos
que desdoblaron sus dedos.”
Brotan de él los olores de sus letras,
versos aguados que llegan de tus ojos, compañera.
Hoy dejó la ventana abierta, para que la luz
de tus ojos penetren entre sus dedos y al
golpear en las teclas, se amotinen,
trastornada la razón, que él tuvo en su día,
y que partió entre sus versos como un alud de palabras,
rellenando su costado.
Mientras recorría el camino se deslizaban los versos…


por la ventisca sus letras.



"Eres peregrino de mi carne"
Para aferrarme a ella y resbalar,
entre sus espacios jadeantes.
Las yemas de sus sueños se
deslizan por su cuerpo,
rebuscando los recuerdos,
los que su cuerpo percibe
dentro de su invernadero.
06/03/17
Antonio Molina Medina