SINOVAS PEDANÍA

Sales de tu choza y miras el espacio vacío de sombras. Y buscas la ola que te envuelva y te arrastre por la campiña Castellana…Y caminas sin rumbo... solo te siguen tus pasos y te acompaña la sombra de tu propia claridad, buscando lo desconocido que, aunque pasen los años, aparecen nuevos sembrados, nuevos ríos, limpios, de claras aguas, plagados de jugosa yerba, de árboles que te dan la sombra que atrapa tu cuerpo, la que delata su sombra y se deja atrapar por lo desconocido, siguiendo su caminar con la música sacra de jazz…
la que me acompaña afianzando mis pasos imbuido entre las olas de los trigales, avena, cebada y otros cereales para la despensa.

Mientras mis pies ya cansados por los años, por lo añejo, envuelto en trinos de pájaros que vuelan en libertad casi rozando mi cuerpo, revoloteando en el río, dando calor a mi alma y sustento aun a mi cuerpo donde los sentidos vuelan entre sus alas con la fuerza de su mente. ¡Cómo brota la vida! ¡Cómo cunden los trinos, mientras picotean los campos!… sus campos, cercanos a las veredas; sin dueños, sin ladridos que aúllen, que hieran por dentro.

La tarde se hace  noche y las nubes surgen en el cielo de la pedanía. La campana de la ermita resuena con  fuerza y sus latidos me los envía el viento que arrastra ya solo limpieza: ¡aire solo aire, que suena y tropieza en mi rostro cortando su sal! Y deja al descubierto su rostro que ya no es furtivo, cerca de los caminos donde pacen los ciervos; en la paz que venero, que se respira, la paz que no se olvida a la cual hoy honro.

Los cuervos se posan cerca de mi cuerpo y me miran sin miedos. Las hormigas abastecen los hormigueros reforzando sus cantaros de cereales y pienso. Mientras las viñas, hoy solitarias y tristes, se perfilan en su negror, quemadas por el frío de la noche, tristes me saludan mientras mis manos las acarician y la luz de mis ojos se afianza abstraída en las cepas que gimen, cargadas de oscuridad, me miran ofreciéndome su triste realidad.

Gimen las cepas
Mientras se desperezan sus miembros
Y gritan al cielo, y lloran sin lagrimas
y claman suspiros añejos…
mientras la Naturaleza, sigue su curso
agachando la cabeza, nos mira en silencio.
Antonio Molina Medina

16/05/17